El American Bully es una raza joven, realmente nueva y que todavía no se ha extendido tanto como lo hará seguro en próximos años, en EEUU está muy afianzada.
Las características que rodean a este perro, fuerte, musculoso y encima cariñoso son las que no paran de conseguir adeptos, por ello hoy le dedicamos una entrada al interesante origen del American Bully.
Árbol genealógico
En nuestro artículo general del American Bully ya comentábamos que su origen se debía al cruce entre el American Pitbull Terrier y el American Staffordshire Terrier de los que había heredado sus mejores virtudes, la lealtad y el carácter sociable respectivamente. Pero, por supuesto su figura voluminosa e impactante también había sido heredada.
Para entender el proceso que culminó en el Bully de hoy en día nos tenemos que remontar a perros que como tales ya no existen, me refiero al extinto Old English Bull Dog, un perro perteneciente a la época en la que las peleas de perros estaban totalmente legalizadas y tenían muchos forofos que se esforzaban realmente en conseguir las mejores razas, el criterio de mejores se basaba en que aguantasen lo máximo posible en una lucha. El OLd English Bull Dog tenía un gen muy preciado que era el “gamenes”, un gen que le daba la capacidad de no retractarse, es decir, nunca se iba a atrás en una pelea siempre hacia delante y hasta el final aunque fuese nefasto.
Sin embargo, pese al buen luchador que era le faltaba cierta agilidad, era robusto, tenaz y muy capaz para estas atrocidades pero no poseía la suficiente movilidad que le haría invencible, por lo que se decidió cruzarle con el Terrier de la época, el extinto también Blue Pol Terrier.
Tras este cruce se obtuvo al magnífico ejemplar American Pitbull Terrier, el Pit de Pitbull provenía de su capacidad de luchar en fosas tal como se hacía en la época (Pit = Fosa). Los ingleses decidieron exportar la raza a EEUU y quisieron que se aceptara en el American Kennel Club (AKC), pero no fue admitida porque consideraron que no había estándares bien definidos. De todas formas como lo que se buscaba era un can digno de luchar lo dejaron estar y cuando se creó el United Kennel Club (UKC) es decir, el club de razas de Inglaterra, la raza sí sería admitida.
Aunque aparentemente todos se conformaron con la aceptación del Pitbull Terrier en Inglaterra, hubo criadores que quisieron partir de él para fomentar una raza con un estándar mejor definida respecto de colores, medidas, etc. Llegando así a alcanzar al American Staffordshire Terrier con el que consiguieron el “sí” del AKC.
Con el fin de las peleas, el American Bully
Con el paso del tiempo, las peleas dejaron de estar en auge y cada vez había más criadores que valoraban las aptitudes de sus perros de cara a a exposiciones y otras modalidades de disfrute con los canes que no conllevaban violencia sino que se admiraba al perro por su valía como animal doméstico, con personalidad y con un buen físico llamativo.
Así, gracias al dueño del criadero Razor Edge, Dave Wilson, se llevó a cabo un complejo proceso de crianza durante más de 5 años, que consistió en los cruces entre el American Pitbull Terrier y el American Staffordshire Terrier y así llegamos al magnífico perro que hoy conocemos como American Bully con un aspecto robusto y con unas formas muy definidas y de un carácter de lo más apacible y cariñoso tenemos a nuestro Bully.
¿Si mezclo dos razas consigo una nueva?
Gracias a conocer los orígenes del American Bully vemos la complejidad de la creación de razas, el American Pitbull Terrier no era aceptado, pese a estar ya bastante definido, por el AKC. Si hay una conclusión que sacar es que para que se cree una nueva raza no basta con la mezcla de dos razas ni mucho menos.
Es un proceso complejo en el que hay que tener claros los patrones que se quieren conseguir, se deben mezclar dos razas, pero luego el mestizaje no debe reducirse a padres e hijos porque conllevarían problemas de salud. Hay que tener claro los genes que quieren propiciarse, y el estándar debe definirse claramente. Colores, formas, medidas…
Un asunto en definitiva que no está al alcance de cualquiera. Desde luego es de agradecer que se consiguiese una raza tan equilibrada en aspecto y carácter como el American Bully.
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